Akra-Leuke
Señor Paco
¿Y SI LA AYUDA DE EUROPA NO LLEGASE?
Tenemos una clase política, una casta, tan zafia, tan llena de mostrencos, tan necios y tan escasos de sentir la política como un servicio a la sociedad, que igualmente Europa nos da la espalda a esa ayuda tan necesaria para enderezar el rumbo hacia una situación de la mejora del bienestar. Un bienestar que lo hemos perdido, no cabe duda, por la imbecilidad de un Rajoy y un PP, que no midieron bien las consecuencias de abandonar la Sanidad Pública, dejarla en manos de la privada, y hoy, ni una ni otra ha dado en la diana de que la pandemia no se dispare. Seguro habrá quien diga que esto pasa hasta en las mejores familias, que Alemania, Francia, Inglaterra, por ejemplo, también tienen el problema igual, pero no. La pandemia puede que no se disipe, ni aquí ni allá, que vaya en aumento, pero tienen una Sanidad que no ha sido maltratada, y, además, cuentan con una economía muy superior, un tejido empresarial que no está como la española tan necesitada del turismo, un turismo que ha casi desaparecido, y por lo tanto la situación deja de ser, para ellos, tan peligrosa como por aquí.
Y ante ese panorama tan descorazonador, esta gentuza política, pues hasta políticos se autodenominan, estos indeseables, solo se dedican a insultarse, buscar los fallos ajenos para tapar sus desvergüenzas, como hace el PP negando hasta lo evidente, que se ha servido hasta del dinero público para sus tropelías tipo espionajes y otras golfadas. Si tuvieran un poco, muy poco, de dignidad, no levantarían la voz para gruñir como cerdos, en un lugar que debe ser de Debate, de confrontamiento de las ideas y de los proyectos, pero nunca para esconder su frivolidad y corrupción, haciendo resaltar las del contrario que, en ocasiones, son infundadas, con frases malsonantes, y demostrando al ciudadano dos cosas: que son zoquetes, que carecen de respeto y educación, y que el votante no ha sabido meter en la urna el nombre adecuado.
Ya sé que esto que digo, y lo digo porque lo siento, no gustará a la caterva de monaguillos, palmeros y trompeteros que todos ellos tienen como saltimbanquis balanceándose por el alambre del ridículo al defender a a gente indefendible. Pero España es así, la historia nos ha demostrado que somos mejores para ensalzar a un bandolero de Sierra Morena que a un científico; a un delincuente por ser simpático y pícaro, que a un Premio Nobel; a un político de mala muerte que lo hacemos caudillo, que a un deportista, llámese Nadal o como quiera, capaz de conquistar trofeos por su entrega, por su dedicación, y por su capacidad de trabajo.
………………..…….……… Estos puntos suspensivos, son para que coloquen sobre ellos el nombre del político que quieran ustedes, y yo, antes de que lo escriban, ya les digo que será un inservible, que será un vividor, un arribista, un pendenciero… Y tengo la completa seguridad (escríbanlo, por favor) que de lo dicho no podré arrepentirme, porque he dado de pleno en lo que es. ¿Lo intentamos?
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Tenemos una clase política, una casta, tan zafia, tan llena de mostrencos, tan necios y tan escasos de sentir la política como un servicio a la sociedad, que igualmente Europa nos da la espalda a esa ayuda tan necesaria para enderezar el rumbo hacia una situación de la mejora del bienestar. Un bienestar que lo hemos perdido, no cabe duda, por la imbecilidad de un Rajoy y un PP, que no midieron bien las consecuencias de abandonar la Sanidad Pública, dejarla en manos de la privada, y hoy, ni una ni otra ha dado en la diana de que la pandemia no se dispare. Seguro habrá quien diga que esto pasa hasta en las mejores familias, que Alemania, Francia, Inglaterra, por ejemplo, también tienen el problema igual, pero no. La pandemia puede que no se disipe, ni aquí ni allá, que vaya en aumento, pero tienen una Sanidad que no ha sido maltratada, y, además, cuentan con una economía muy superior, un tejido empresarial que no está como la española tan necesitada del turismo, un turismo que ha casi desaparecido, y por lo tanto la situación deja de ser, para ellos, tan peligrosa como por aquí.
Y ante ese panorama tan descorazonador, esta gentuza política, pues hasta políticos se autodenominan, estos indeseables, solo se dedican a insultarse, buscar los fallos ajenos para tapar sus desvergüenzas, como hace el PP negando hasta lo evidente, que se ha servido hasta del dinero público para sus tropelías tipo espionajes y otras golfadas. Si tuvieran un poco, muy poco, de dignidad, no levantarían la voz para gruñir como cerdos, en un lugar que debe ser de Debate, de confrontamiento de las ideas y de los proyectos, pero nunca para esconder su frivolidad y corrupción, haciendo resaltar las del contrario que, en ocasiones, son infundadas, con frases malsonantes, y demostrando al ciudadano dos cosas: que son zoquetes, que carecen de respeto y educación, y que el votante no ha sabido meter en la urna el nombre adecuado.
Ya sé que esto que digo, y lo digo porque lo siento, no gustará a la caterva de monaguillos, palmeros y trompeteros que todos ellos tienen como saltimbanquis balanceándose por el alambre del ridículo al defender a a gente indefendible. Pero España es así, la historia nos ha demostrado que somos mejores para ensalzar a un bandolero de Sierra Morena que a un científico; a un delincuente por ser simpático y pícaro, que a un Premio Nobel; a un político de mala muerte que lo hacemos caudillo, que a un deportista, llámese Nadal o como quiera, capaz de conquistar trofeos por su entrega, por su dedicación, y por su capacidad de trabajo.
………………..…….……… Estos puntos suspensivos, son para que coloquen sobre ellos el nombre del político que quieran ustedes, y yo, antes de que lo escriban, ya les digo que será un inservible, que será un vividor, un arribista, un pendenciero… Y tengo la completa seguridad (escríbanlo, por favor) que de lo dicho no podré arrepentirme, porque he dado de pleno en lo que es. ¿Lo intentamos?
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