Akra-Leuke
Señor Paco
¿QIÉN MANDA AQUÍ?
El Gobierno de Sánchez, ya se lo ha dejado muy claro al vicepresidente Iglesias: Aquí el que manda soy yo; tú dedícate a cobrar a final de mes, y si te necesito que salgas en la TV1 a contar cuentos a los niños, lo haces, y nada más, y si no te gusta, como las lentejas, o las comes o de La Moncloa te alejas.
Sí, ya lo sé, ha sido con otras palabras y otros gestos, pero nada de presentar propuestas de si monarquía o república, que eso ahora no toca, así es que a callar la boca...
El problema puede ser personal, o sea, si don Pablo se ha de tragar su orgullo, su vanidad, su prepotencia, su narcisismo en pro de seguir aumentando su saldo en la cartilla de ahorros mensualmente o bien, envalentonarse y decirle a Pedro: “Para estar aquí de jarrón chino, me voy”. ¿Recuerdan cuando pronostiqué que don Pablo se tragaría muchos sapos…, pues otro más, señor Tomás.
Naturalmente que ante esta idea aparecerán opiniones de todo tipo, como es natural en una sociedad viva y que (aún, aleluya, aleluya) no está en manos del fascismo o comunismo y aquí se puede opinar con libertad. Pero no nos engañemos, don Pablo Iglesias, a decir de los suyos, no ha ido a la vicepresidencia que tanto lloriqueaba como gran favor, a quedarse quieto y bien peinao como los leones de la puerta de las Cortes, sino que quiere al menos que le dejen gobernar un poquitín, aunque sea, por favor, dejarle avanzar una propuesta de ley sin que se la tumbe, antes de coger el papel y boli, el guaperas de Pedro. Pero, reconozcamos también que son tan distintos, tan opuestos, tan diferentes, tan contrarios, que solo es un matrimonio de intereses y el más fuerte morderá al más débil, y, al parecer, don Pablo ya aparece en los medios gráficos, al margen de sus aretes que tanto lo embellecen, con algún mordisco que otro...
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El Gobierno de Sánchez, ya se lo ha dejado muy claro al vicepresidente Iglesias: Aquí el que manda soy yo; tú dedícate a cobrar a final de mes, y si te necesito que salgas en la TV1 a contar cuentos a los niños, lo haces, y nada más, y si no te gusta, como las lentejas, o las comes o de La Moncloa te alejas.
Sí, ya lo sé, ha sido con otras palabras y otros gestos, pero nada de presentar propuestas de si monarquía o república, que eso ahora no toca, así es que a callar la boca...
El problema puede ser personal, o sea, si don Pablo se ha de tragar su orgullo, su vanidad, su prepotencia, su narcisismo en pro de seguir aumentando su saldo en la cartilla de ahorros mensualmente o bien, envalentonarse y decirle a Pedro: “Para estar aquí de jarrón chino, me voy”. ¿Recuerdan cuando pronostiqué que don Pablo se tragaría muchos sapos…, pues otro más, señor Tomás.
Naturalmente que ante esta idea aparecerán opiniones de todo tipo, como es natural en una sociedad viva y que (aún, aleluya, aleluya) no está en manos del fascismo o comunismo y aquí se puede opinar con libertad. Pero no nos engañemos, don Pablo Iglesias, a decir de los suyos, no ha ido a la vicepresidencia que tanto lloriqueaba como gran favor, a quedarse quieto y bien peinao como los leones de la puerta de las Cortes, sino que quiere al menos que le dejen gobernar un poquitín, aunque sea, por favor, dejarle avanzar una propuesta de ley sin que se la tumbe, antes de coger el papel y boli, el guaperas de Pedro. Pero, reconozcamos también que son tan distintos, tan opuestos, tan diferentes, tan contrarios, que solo es un matrimonio de intereses y el más fuerte morderá al más débil, y, al parecer, don Pablo ya aparece en los medios gráficos, al margen de sus aretes que tanto lo embellecen, con algún mordisco que otro...
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