Akra-Leuke
Señor Paco
¿HAY CAUDILLO QUE NO ESTÉ LOCO?
Yo no lo creo, y, si además, éste es católico y la iglesia más casposa y antediluviana le hace ver que sus obras son designios de Dios, pues el loco ya lo tenemos preparado para lo que sea, como el tirano Franco, quien quizá, a cada sentencia de muerte que firmaba, y firmó muchísimas, creyose ser la mano de Dios en la tierra.
Este aborto de la Naturaleza, como todos ellos, comentó a unos periodistas lusos que destruiría por completo Madrid antes que entregárselo a los marxistas.
Pues bien, este “español, más español que ninguno” permitió, el muy canalla, que Alemania utilizara ciudades españolas como ensayo de lo que haría después en otras naciones invadidas, así que a los alemanes hitlerianos les interesase ver la reacción de una población civil ante un intento, cuidadosamente planeado, de prender fuego a una ciudad barrio por barrio. La Legión Cóndor se encargó de ello, con el beneplácito de Franco, sin discusión, y así se decretó desde Berlín que Madrid fuese bombardeada, incluyendo edificios como la Telefónica, o el ministerio de la Guerra. Los ataques aéreos iban acompañados de bombardeo artillero, que consistía en lanzar granadas incendiarias desde el cerro de Garabitas.
El fascista Franco, el militar más perverso, traidor y perjuro de los últimos siglos, entregó España a los hitlerianos para que ensayaran con ella lo que harían después en otras partes, a este déspota y sanguinario gallego, lo único que le interesaba es que se la entregaran después para su lucimiento personal, aunque en ruinas. Ya se encargarían los españoles que quedaran vivos en reconstruirla, mientras él gozaba de buena mesa, mejor mantel, honores y bendiciones obispales. Todo un obseso hijo de beata meapilas por una parte, e hijo de un proxeneta por la otra, era la combinación del loco más loco que España ha padecido.
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Yo no lo creo, y, si además, éste es católico y la iglesia más casposa y antediluviana le hace ver que sus obras son designios de Dios, pues el loco ya lo tenemos preparado para lo que sea, como el tirano Franco, quien quizá, a cada sentencia de muerte que firmaba, y firmó muchísimas, creyose ser la mano de Dios en la tierra.
Este aborto de la Naturaleza, como todos ellos, comentó a unos periodistas lusos que destruiría por completo Madrid antes que entregárselo a los marxistas.
Pues bien, este “español, más español que ninguno” permitió, el muy canalla, que Alemania utilizara ciudades españolas como ensayo de lo que haría después en otras naciones invadidas, así que a los alemanes hitlerianos les interesase ver la reacción de una población civil ante un intento, cuidadosamente planeado, de prender fuego a una ciudad barrio por barrio. La Legión Cóndor se encargó de ello, con el beneplácito de Franco, sin discusión, y así se decretó desde Berlín que Madrid fuese bombardeada, incluyendo edificios como la Telefónica, o el ministerio de la Guerra. Los ataques aéreos iban acompañados de bombardeo artillero, que consistía en lanzar granadas incendiarias desde el cerro de Garabitas.
El fascista Franco, el militar más perverso, traidor y perjuro de los últimos siglos, entregó España a los hitlerianos para que ensayaran con ella lo que harían después en otras partes, a este déspota y sanguinario gallego, lo único que le interesaba es que se la entregaran después para su lucimiento personal, aunque en ruinas. Ya se encargarían los españoles que quedaran vivos en reconstruirla, mientras él gozaba de buena mesa, mejor mantel, honores y bendiciones obispales. Todo un obseso hijo de beata meapilas por una parte, e hijo de un proxeneta por la otra, era la combinación del loco más loco que España ha padecido.
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