Peritta
Don Paco
(7-III-2005) - LOS ALEGRES FANTASMAS DE WINDSOR.
Antes que hablar de señores que se sienten como mujeres maltratadas*, -¿qué sabrá el tío Maragall?-, voy a decir algo del edificio Windsor, no sea que les dé por tumbarlo y el asunto se esfume en el aire como los fantasmas en el olvido.
La verdad, con la que está cayendo, antes aviones, ahora barrios**, cualquier asunto se queda viejo superado por el escándalo siguiente a poco que uno se descuide.
Es el cuento de nunca acabar Alí Babá.
Bueno, pues parece que los fantasmas del Windsor no eran tan estoplasmáticos como parecían, ni tan virtuales como algunas explicaciones ópticas insistían en hacernos creer, porque resulta que los fantasmas (al menos dos) llevaban herramientas y, aunque dicen que pueden atravesar puertas y paredes, éstos, solían dejar candados reventados o agujeros en los tabiques.
Cómo no, nuestro ministro más olímpico, lo digo por lo de la medalla (Bono), hubo de hacer una fugaz intervención y solicitar al juez le fueran devueltos unos papeles "poco importantes" (sic) que el Ministerio de Defensa guardaba en una caja fuerte ignífuga dentro del edificio.
Dada la poca importancia que deberían tener aquellos papeles fueron sacados por personal de dicho ministerio en un alarde de valor rayano en la temeridad. Pero el de la empresa que tiene un cajero con 30.000€, que no se ha quemado y que ya ha solicitado los permisos correspondientes ha dicho el juez que cuando las ranas se peinen. Que de momento solo los de defensa pueden pasar a recoger lo suyo: unos papeles poco importantes.
Yo no se cual sería la poca importancia de dichos papeles (y todavía no he recalcado tantas veces como nuestro Ministro de Defensa, la poca importancia de los susodichos papeles) y más bien me inclino a pensar que deben de ser los planos de un fusil electromagnético que dispara balas de las que tuercen en las esquinas.
Pero tal y como salió el operario de cargado, casi opino que lo que debería llevar era el propio fusil.
A todo ésto el jefe de los bomberos insiste en decir que los fantasmas no podían ser de los suyos, vamos, como que a cada rato los mandaba formar para hacer recuento, jua, jua, jua. Eso mismo, que podían ir vestidos de bomberos pero que no eran bomberos.
A eso de las 6:30, -que lo vi yo-, el fuego se avivó y se vieron por algunas ventanas llamas de dos colores que la locutora achacaba al gas. No es creíble que nadie se hubiera preocupado de cerrar el gas siete horas después del inicio del incendio. Como te lo digo moñigo, que la realidad supera cualquier ficción.
La tan carísima grúa alemana, a la que se le averió el sistema hidráulico del brazo de 140 m., que debió ser por ir contra el viento, ha sido sustituida por otra, o sea, que ya estaba en camino.
La imágenes captadas por las cámaras del edificio, que han sido visionadas casi tres semanas después no se corresponden con las declaraciones de los vigilantes, pues algunos no se encontraban en sus puestos. Sin embargo el juez no va a volverlos a llamar para que puntualicen o rectifiquen sus declaraciones.
Todo muy raro. Han llamado a los del CSI Madrid y lo más científico que han hecho ha sido meter los perros
-Guau.
-¿Qué dice el perro?.
-Que huele a chamusquina.
-Guau.
-¿Y qué más?
-Lo mismo que la policía: que si hay colillas es que han fumao.
Ahora no puedo dar más datos, que me se ha hecho tarde y entro en otro sitio a hacer como que trabajo. Pero que había por allí gente, antes, después y durante el incendio, fijo. Vamos, que a esa hora estaba por allí el George Dan cantando eso de...
La barbacoa, la barbacoa, y tal y tal.
(*) Por aquellas fechas el tío Maragall se debió de sentir maltratado por lo de siempre, la secesión y diría que se siente como mujer maltratada.
(**) Durante aquellos días también se hundió un edificio a plomo en el barrio del Carmell por las obras del metro. Supongo que habría también más socavones y creo que al final desviaron la línea.
__________________
FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.
Antes que hablar de señores que se sienten como mujeres maltratadas*, -¿qué sabrá el tío Maragall?-, voy a decir algo del edificio Windsor, no sea que les dé por tumbarlo y el asunto se esfume en el aire como los fantasmas en el olvido.
La verdad, con la que está cayendo, antes aviones, ahora barrios**, cualquier asunto se queda viejo superado por el escándalo siguiente a poco que uno se descuide.
Es el cuento de nunca acabar Alí Babá.
Bueno, pues parece que los fantasmas del Windsor no eran tan estoplasmáticos como parecían, ni tan virtuales como algunas explicaciones ópticas insistían en hacernos creer, porque resulta que los fantasmas (al menos dos) llevaban herramientas y, aunque dicen que pueden atravesar puertas y paredes, éstos, solían dejar candados reventados o agujeros en los tabiques.
Cómo no, nuestro ministro más olímpico, lo digo por lo de la medalla (Bono), hubo de hacer una fugaz intervención y solicitar al juez le fueran devueltos unos papeles "poco importantes" (sic) que el Ministerio de Defensa guardaba en una caja fuerte ignífuga dentro del edificio.
Dada la poca importancia que deberían tener aquellos papeles fueron sacados por personal de dicho ministerio en un alarde de valor rayano en la temeridad. Pero el de la empresa que tiene un cajero con 30.000€, que no se ha quemado y que ya ha solicitado los permisos correspondientes ha dicho el juez que cuando las ranas se peinen. Que de momento solo los de defensa pueden pasar a recoger lo suyo: unos papeles poco importantes.

Yo no se cual sería la poca importancia de dichos papeles (y todavía no he recalcado tantas veces como nuestro Ministro de Defensa, la poca importancia de los susodichos papeles) y más bien me inclino a pensar que deben de ser los planos de un fusil electromagnético que dispara balas de las que tuercen en las esquinas.
Pero tal y como salió el operario de cargado, casi opino que lo que debería llevar era el propio fusil.
A todo ésto el jefe de los bomberos insiste en decir que los fantasmas no podían ser de los suyos, vamos, como que a cada rato los mandaba formar para hacer recuento, jua, jua, jua. Eso mismo, que podían ir vestidos de bomberos pero que no eran bomberos.
A eso de las 6:30, -que lo vi yo-, el fuego se avivó y se vieron por algunas ventanas llamas de dos colores que la locutora achacaba al gas. No es creíble que nadie se hubiera preocupado de cerrar el gas siete horas después del inicio del incendio. Como te lo digo moñigo, que la realidad supera cualquier ficción.
La tan carísima grúa alemana, a la que se le averió el sistema hidráulico del brazo de 140 m., que debió ser por ir contra el viento, ha sido sustituida por otra, o sea, que ya estaba en camino.
La imágenes captadas por las cámaras del edificio, que han sido visionadas casi tres semanas después no se corresponden con las declaraciones de los vigilantes, pues algunos no se encontraban en sus puestos. Sin embargo el juez no va a volverlos a llamar para que puntualicen o rectifiquen sus declaraciones.
Todo muy raro. Han llamado a los del CSI Madrid y lo más científico que han hecho ha sido meter los perros
-Guau.
-¿Qué dice el perro?.
-Que huele a chamusquina.
-Guau.
-¿Y qué más?
-Lo mismo que la policía: que si hay colillas es que han fumao.
Ahora no puedo dar más datos, que me se ha hecho tarde y entro en otro sitio a hacer como que trabajo. Pero que había por allí gente, antes, después y durante el incendio, fijo. Vamos, que a esa hora estaba por allí el George Dan cantando eso de...
La barbacoa, la barbacoa, y tal y tal.
(*) Por aquellas fechas el tío Maragall se debió de sentir maltratado por lo de siempre, la secesión y diría que se siente como mujer maltratada.
(**) Durante aquellos días también se hundió un edificio a plomo en el barrio del Carmell por las obras del metro. Supongo que habría también más socavones y creo que al final desviaron la línea.
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FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.
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